Patricia Jose Asesora Liderazgo

Quién soy yo, y de qué te sirve a ti.

Hola, esta soy yo.

Adoro el café y en un minuto, voy a contarte una cosa que da miedo y que, a lo mejor también te pasa a ti.

Pero antes debes saber algo: no soy coach, ni vengo a decirte cómo vivir tu vida.

Hace años descubrí que existen unas «reglas» que nos ayudan a ascender en el trabajo, llevarte mejor con tu jefe (y con tu pareja), estar de buen humor… y aquí las comparto con la gente.

Hablo sobre relaciones, ascensos, jefes y cómo surfear a los necios.

Cuento lo que me ayudó a ser directora general en España de un banco alemán, sin politiqueos, esclavitudes, ni un trillón de contactos. Simplemente teniendo en cuenta patrones y modelos mentales que te abren puertas.

Hablo de cómo estresarte menos, reír más, llegar contento a casa y avanzar sin volverte loco.

No es ciencia ficción. Aplicando una serie de esquemas mentales se pueden lograr grandes cosas: ascender en tu profesión, que te valoren, llevarte mejor con tu jefe, colegas y con tu pareja… y no depender de ninguno de ellos para sentirte bien contigo mismo y estar de buen humor.

Aunque te estés divorciando, odies tu trabajo o no soportes a tu jefe.

Aunque tu bandeja de entrada reviente con emails de todos los departamentos que no se ponen de acuerdo.

Aunque sea lunes.

Aquí me encontrarás hablando sobre esto.

Una cosa que me da miedo.

Ahora voy a contarte una cosa que me asusta y que tal vez te pase a ti.

¿Recuerdas las navidades de tu infancia?

Navidades

¿Esa época de árboles de navidad cutres, langostinos, pantalones de pana y dos canales de televisión?

¿Recuerdas el momento de llegar a casa de los abuelos, apiñados en un coche sin cinturones de seguridad, ni airbags o ventanillas eléctricas?

Todo era un caos y todo tenía su encanto.

Hasta la regañina de la abuela tenía su encanto.

Y en medio de aquel caos…

Casi todo el mundo era feliz. Solo que muchos no lo sabían.

Por eso, alguno se pasó la nochebuena agobiado por su jefe. O preocupados por cosas que nunca sucedieron. O enfadados por una tontería.

Y eso es algo que me da miedo… Ser feliz y no saberlo.

¿Por qué te cuento todo esto?

Porque nuestra mente nos oculta cosas. En navidad y el resto del año.

Y mientras andamos mosqueados con nuestra pareja, discutiendo con un colega del trabajo, o maldiciendo a nuestro jefe, perdemos oportunidades y alternativas que nos podrían cambiar la vida.

Personalmente no me gusta que mi mente haga cosas por su cuenta (como ofenderse por una chorrada de mi cuñado o meterse en discusiones con un necio).

Me gusta ser dueña de mis cabreos. Y cuando soy feliz, me gusta saberlo.

Además, me gusta escribir novelas policiacas, pasear junto al mar en Asturias y los mojitos.

Aquí me encontrarás escribiendo sobre mentalidad, estrategias para ascender en tu carrera, cuidar tu salud mental… Y que nadie decida por ti, si vas a tener un buen día.